sábado, 4 de abril de 2015

Evaluación y nivel de competencia

Tarea - Sesión 12 - Prof. Sergio Lample Marcos

La Evaluación

En la sesión dirigida por Sergio Lample hemos tratado sobre la evaluación su papel en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En general, para mí la evaluación no tenía presencia relevante ni frecuente en el proceso educativo, puesto que cumplía solo un rol de comprobación de información sobre el desempeño de mis estudiantes que yo, como profesor, ya tenía más o menos claro, aunque no siempre de manera estrictamente cuantitativa. Esto se debía a que los momentos en los que veía que una evaluación era impuesta por el sistema institucional educativo, eran solo eventos grandilocuentes, exigidos para reportar en términos numéricos el trabajo de los estudiantes, es decir, su comportamiento durante un tiempo que era demasiado largo como para reducirlo a una cifra que juzgara equamente a uno y otro estudiante. Sin embargo, esta era la evaluación sumativa o final, aquella que en una prueba final trata de determinar si todos los contenidos impartidos, o cuántos de ellos, han sido aprendidos. Esta forma de evaluación acarrea un alto grado probabilidades de no representar fidedignamente todo el proceso de aprendizaje del estudiante.

Sin embargo, viendo la evaluación como una herramienta de uso frecuente, no solo al final del proceso, sino a lo largo de todo el proceso, los resultados arrojados por la evaluación -que en este caso se llama formativa- nos brindan información útil para intervenir con las modificaciones necesarias en el aspecto que requiera corrección o afianzamiento. La corrección dependerá del aspecto o factor que la evaluación ha examinado: los conocimientos iniciales del alumno, su proceso de aprendizaje, los resultados obtenidos después de una etapa del proceso de aprendizaje, el procedimiento didáctico utilizado por el profesor, el material empleado, el ambiente físico educativo o la misma programación.

Una evaluación del aprovechamiento académico, por ejemplo, debe reunir algunos requisitos para que la información que vierta sea significativa y sirva de base para la toma de decisiones; tale requisitos son: la validez, la fiabilidad, la viabilidad, la autenticidad. Los resultados de la evaluación, al darse a conocer a los alumnos, estos deberían poder interpretar los resultados, y cotejar su desempeño para identificar el factor que ha llevado al éxito o deficiencia del resultado, lo cual conllevaría un cambio de dirección, de método o, inclusive, el ajuste de los objetivos puestos inicialmente. El examen que se haga de la evaluación será monitoreado por el profesor, pero puede contar con la participación de otros miembros del contexto educativo, según sea el caso: alumnos, profesores, la dirección, padres de familia u otros profesionales (pedagogos, psicólogos, inspectores educativos, etc.)

En suma, la evaluación puede ser entendida como una forma de medición, que usa ciertos parámetros de sondeo y que compara el momento real del proceso educativo con el estado en el que, según los objetivos predeterminados, debería encontrarse. Como la evaluación es aplicada sistemáticamente, entonces, debe formar parte del programa educativo mismo, es decir, debería ser una medida prevista en sus protocolos.

Finalmente, diría que si la evaluación cumple una funcion diagnóstica, puede ser también preventiva de una mala praxis pedagógica. En consecuencia, perdería el uso restrictivo que normalmente se le da y que es causa de una valoración negativa por parte de profesores y estudiantes al tener una mera función selectiva y clasificadora, y no una incumbencia en pro de la educación del estudiante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario