viernes, 5 de diciembre de 2014

Relación y jerarquía entre lingüística, pedagogía y psicología

Cada una de estas tres disciplinas humanísticas es un instrumento que cumple un rol importante en la enseñanza de una lengua. Sin embargo, el proceso de enseñanza-aprendizaje de una lengua ofrece varias posibilidades de aplicación gracias a la contribución de estas tres disciplinas y según el contexto en el que dicho proceso se realice. Las opciones variarán si, por ejemplo, la lengua es o no la nativa, si se la imparte en un nivel escolar o superior, si se busca un enfoque contrastivo con la lengua materna, si se pretende investigar el desarrollo histórico de la lengua estudiada, etc.

Aunque la lingüística puede ocuparse de la evolución histórica de la lengua, a través de su estudio sincrónico o diacrónico, su mayor interés es la sistematización de las leyes que regulan su funcionamiento; es la filología la disciplina encargada de analizar textos legados de fuentes históricas. Gracias a la lingüística, podemos describir a la lengua hablada y escrita. Así, decimos, por ejemplo, que una lengua es estudiada por sus reglas de construcción, las cuales son organizadas por la gramática; por sus sonidos -fonética; por las funciones y contrastes de dichos sonidos con otros -fonología. La lingüística puede tener un carácter teórico y otro aplicado. En el teórico, hace abstracción de las leyes que involucren casos particulares de la lengua, para, -como hace toda ciencia- poder plantear una generalización que incluya casos potenciales. La lingüística aplicada reviste una importancia crucial, pues tiene como objeto la aplicación de las teorías y técnicas que se han hecho sobre la lengua, en las tareas prácticas y, sobre todo, en la elaboración de métodos de enseñanza de lenguas. Esta es la contribución significativa de la lingüística al aprendizaje de la lengua. Cabe agregar que la lingüística tiene dos especializaciones más, que son la microlingüística y la macrolingüística. La microlingüística estudia a la lengua aisladamente, sin referirse al contexto en el que se desarrolla; la macrolingüística, en cambio, sí toma en cuenta los diferentes factores que influyen en la lengua, como la sociedad, la forma de adquisición por los niños, aspectos psicológicos del discurso, las funciones estéticas del lenguaje, etc. Como vemos, la macrolingüística puede conectarse con la psicología las que al fusionarse originan a la psicolingüística. Por tanto, la lingüística aplicada y la psicolingüística conciernen o reciben la influencia de la enseñanza de las lenguas.

La pedagogía constituye el estudio de los métodos de enseñanza de cualquier materia del conocimiento. Pero su campo también comprende los objetivos que se fija la educación y las maneras en que dichos objetivos se alcancen. La pedagogía se sirve de la psicología para llevar a cabo sus investigaciones o para ponerlas en práctica y utiliza las teorías postuladas sobre cómo funciona el aprendizaje. Como la pedagogía se ocupa de la enseñanza, tiene como objeto de su interés a los dos protagonistas de dicho proceso: el maestro y el estudiante, es decir, quien enseña y quien aprende. Ambos despliegan un trabajo sobre un programa elaborado, con la finalidad de que el estudiante modifique su conocimiento, su comprensión y su comportamiento, es decir, adquiera un recurso nuevo que vaya en su propio beneficio. Como factores imprescindibles a considerar, entonces, tenemos al docente, al discente y a la materia de enseñanza. Como elementos secundarios podemos incluir a la relevancia que, la vida social en general y de la vida escolar en particular, tienen en ambos protagonistas. La enseñanza, entonces, es tratada como un proceso complejo cuya realización obedece a ciertas pautas que han sido esquematizadas por varias teorías del aprendizaje. Este complejo proceso recibe la influencia de otros factores, a mencionar: la organización del centro de estudios, la de la lección que ha de ser impartida y los medios didácticos utilizados para la enseñanza. Es curioso observar que esta complejidad no es reflejada por la etimología de “pedagogía”, la cual proviene del griego paidagogós, formada a su vez por paidos (niño) y gogía (conducir), y cuyo significado era el del “esclavo que lleva al niño a la escuela”. En cierta forma, ese concepto metafórico simboliza la función que convencionalmente es atribuida al docente, o sea, la de orientar o conducir al alumno en el recorrido del aprendizaje hasta que logre su objetivo, que es el de aprender.

La psicología es la disciplina científica que estudia los procesos que realiza la mente y el comportamiento de los seres humanos y también de los animales. Estudia el comportamiento individual y social de dichos seres. Esta disciplina pone énfasis en la relación que existe entre cuerpo y mente, debido a su proveniencia de la filosofía y de la fisiología, por lo que está relacionada a las ciencias biológicas y las ciencias sociales, una de las cuales es, precisamente, la pedagogía. Los campos de la psicología, asimismo, abarcan la experimentación y la aplicación. Los ámbitos de aplicación de la psicología dan lugar a varias especializaciones, a saber: la psicología clínica, la ocupacional, la terapéutica, la ambiental, etc. El ámbito de la psicología experimental es muy amplio e incluye a la psicología infantil, la educativa, la social, la comparativa, etc. De estas, la psicología educativa dedica sus tareas al proceso de aprendizaje y a las cuestiones relacionadas con la enseñanza. Los psicólogos, en general, tratan un rango bastante amplio de asuntos, tales como el aprendizaje, el conocimiento, la inteligencia, la motivación, las emociones, las percepciones, la personalidad, los desórdenes mentales e, inclusive, rasgos individuales heredados o condicionados por el medio ambiente. Como vemos, esta ciencia es de importancia primaria para comprender los aspectos inherentes a los alumnos y, por qué no, aspectos del profesor mismo y de su actitud hacia la didáctica, los mismos que influirán en el procedimiento y resultado de su labor sobre el discente.

En conclusión, quisiera recalcar la importancia equiparable de estas disciplinas singularmente o en coordinación. Sin embargo, su jerarquización estaría supeditada a la función profesional que la persona ejerza. Así, en el caso de los profesores, su rol deontológico le exige hacer uso del instrumento más asequible y que tendrá mayor permanencia a lo largo de su carrera: la pedagogía. Ella le proveerá de los recursos actualizados y forjados con la práctica de otros profesionales y estudiosos para que lo ponga en práctica y, asimismo, verifique su confiabilidad y eventual perfeccionamiento. Sin embargo, dado que el profesor de una lengua tiene como área específica de realización de su oficio el aprendizaje, la lingüística le brindará el bagaje teórico indispensable para formular y transmitir los conocimientos y para dilucidar los problemas epistemológicos que él y sus alumnos hallen en el camino de aprendizaje. Finalmente, la psicología asesorará al profesor en todo lo concerniente a los discentes desde el punto de vista de sus carácteres individuales, sus sensibilidades y sus respuestas frente a la enseñanza. Ello no hará sino enriquecer sus métodos didácticos y ahondar en la efectividad de su visión con respecto a los fines últimos que, en su labor docente, está empeñado en alcanzar.

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